Con su obra Chañuntuko, textil mapuche tradicional asociado a los aperos de los caballos, la artesana del sector de Milleuco, en la comuna de Panguipulli, Tránsita Neculfilo Huisca, fue recientemente elegida como Sello Artesanía Indígena. El concurso de carácter nacional, que este 2019 vivió su cuarta versión, convoca a artesanas y artesanos pertenecientes a pueblos originarios y es organizado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural y su Subdirección Nacional de Pueblos Originarios, en alianza con el Programa de Artesanía de la Escuela de Diseño de la Universidad Católica.
En una ceremonia realizada este viernes 13 en el Museo de Artes Visuales (MAVI) en Santiago, la artesana de Los Ríos recibió el certificado oficial junto a otros seis creadores, de manos de la Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, y un premio equivalente a un millón de pesos.
“Siempre observaba con respeto el tema de la participación en este sello. Pensaba en postular, pero por diversos motivos lo postergaba. Ahora se dio la ocasión y fue un trabajo en equipo, mi hermana se encargó de la postulación y una amiga de las fotografías y el tema del empaque, la presentación. Sabía que había ganadores anteriores de la región y por eso también tenía claro que debía ser una pieza con sentido, por todo lo que significa, para representar a mi región, a mi pueblo”, afirma Tránsita, de vuelta de Santiago tras recibir el premio y participar de una exposición en el mismo MAVI.
Sobre la decisión de optar por el Chañuntuko, la artesana cuenta que la idea nació de una antigua pieza de propiedad de su padre, tejida por una de las tías de él. “Seguí el patrón de esa pieza en cuanto a la técnica, pero el tema de la cosmovisión y el incorporarle un sentido es producto del trabajo textil que yo hago, el dibujo, el ñimin. Pensé ¿por qué no representar los ojos que se sienten, que no los tocas, que son los del alma? Simplemente activar los sentidos”, sostiene.
Tránsita comenta que el trabajo en estas piezas involucra un proceso que inicia con la crianza y el cuidado del animal, la obtención de la materia prima con la esquila, luego el hilado y el teñido si se usan colores. En el caso del Chañuntuko se incorporó el color con tinte natural a partir del quintral de maqui, flor roja que crece adosada a la planta, demorando unos 20 días en terminar la pieza.
Para la artesana, la obtención de este sello viene a consolidar 10 años de trabajo. “Esto es como ir poniéndole un broche de oro a cada etapa, porque aunque empecé de niña, fue a los 19 años cuando me atreví a dar este paso y hacer este trabajo con mujeres de la comuna de Panguipulli a través de la Agrupación de Artesanas Lalin Kuwü, que creamos el 2010. Eso me abrió la ventana para salir de mi comunidad, ahí se dieron cuenta de mis capacidades y de todo lo que se puede hacer y lograr”, dice orgullosa y emocionada frente al que dice es su primer premio.
“Con esto todo cobra sentido. Si yo pudiese decir soy feliz, esta pieza lo demuestra. Representa el contexto en el cual yo vivo, es una fotografía a mi localidad, mi identidad, mi género, porque hoy las mujeres se están empoderando y para una es maravilloso poder definir colores, técnicas y tener esa capacidad de tomar decisiones, de hacer equipo, de decir lo logramos y seguir cumpliendo metas”, concluye.
Tránsita Neculfilo se convierte así en la tercera creadora de Los Ríos en ser distinguida a nivel nacional con el Sello Indígena, tras la artesana en püll püll voqui Ángela Riquelme, de Mariquina, con su obra “Chaiwe” (2016) y José Antonio Neihual Antihuala, del sector Carirriñe, en la comuna de Panguipulli, por su obra en madera “Llahuín” (2017).
Obra ganadora
El Chañuntuko es la pieza que va entre el lomo del caballo y la montura, de ahí su intrínseca condición material suave y mullida. Al igual que la orfebrería en plata, es un artefacto cultural, que en conjunto con el oficio ecuestre en su totalidad, nos refiere a la época de la expansión sociocultural mapuche experimentada desde tiempos coloniales hasta fines del siglo XIX. El Chañuntuko es por tanto una obra que entremezcla aspectos funcionales, que en su caso son evidentes: es un artefacto protector en el que sus dos caras son significativas. Pero, a su vez esta pieza encierra un cúmulo de contenidos de expresión que integran en cada obra una serie de conocimientos entrelazados, donde dialogan los aspectos técnicos con los contenidos culturales y también referentes estéticos profundos.
La descripción es parte de los textos del catálogo que reúne la obra de Tránsita como de los otros seis ganadores y las tres menciones honrosas, el cual está disponible en formato digital y descargable en cultura.gob.cl/sello-artesania-indigena
Cuarta versión
Junto a la artesana de Los Ríos fueron reconocidos Abel Martín Mamani Gómez (Aymara), residente en la localidad de Alto Hospicio, Región de Tarapacá, autor del instrumento de cuerdas tradicional “Bandola aymara modelo Kantati de 12 cuerdas”; María Verónica Fredes Muñoz (Mapuche), de la localidad de Vichuquén, Región del Maule, con su trabajo de cestería “Costurero de coirón”; el orfebre Marco Remigio Paillamilla Ortiz (Mapuche) de Temuko, quien realizó “Trapapel con Llef-llef y Sikil de placas”.
También fueron destacados Sandra Chihuaicura Paillafil (Mapuche), de Conin Budi, Región de la Araucanía quien presentó “Pilwa lafkenche”; Angélica Mamani Amaro (Aymara), de la localidad de Cariquima, Región de Tarapacá con “Sombrero de mujer aymara tarapaqueña” y Rosa Petronila Pereira Manquepi (Mapuche), residente en la localidad de Trapa Trapa, Alto Biobío, con su trabajo textil “Pelero Pehuenche”.
Además, durante esta versión 2019 se premió a tres menciones honrosas recayendo en los trabajos textiles de Osvaldo Guineo Obando (Mapuche) de Isla Cailín, comuna de Quellón, Región de Los Lagos con “Poncho Chilote”; el “Calcetín Pewenche, la transcendencia del Ñimin” de Claudia Manquel Huenchucán, proveniente de Ralco Lepoy, Alto BioBío, y el trabajo de cestería “Tradicional Llepü balai”, de Andrea Rifo Maribur, de la localidad de Huentelolén, comuna de Cañete, Región del BioBío.
El Sello Artesanía Indígena se ha realizado anualmente desde 2016, siendo reconocidos hasta ahora un total de 28 artesanas y artesanos indígenas pertenecientes a los pueblos Aymara, Quechua, Kolla, Rapa Nui, Mapuche, Kawésqar y Yagán, provenientes desde 11 regiones del país, además del territorio Rapa Nui. Cada año, un jurado experto en la materia, entre los que se cuentan académicas/os especializados en la temática, además de artesanos indígenas, escoge siete obras ganadoras, las cuales reciben el certificado oficial de Sello Artesanía Indígena además de un premio en dinero consistente en un millón de pesos. A contar de 2019 se han agregado tres menciones honrosas, destinadas a incentivar los procesos de revitalización cultural en sus respectivos territorios a lo largo de todo el país, premio que consiste en quinientos mil pesos.
Las cuatro ediciones del Sello ya transcurridas han posibilitado disponer de un panorama general del actual estado de las artesanías indígenas a nivel país. A través de esta iniciativa se busca incentivar la promoción y revitalización de los conocimientos y técnicas artesanales tradicionales de los pueblos indígenas vinculadas a una de sus expresiones artísticas más relevantes, además de promover en general la difusión y proyección de sus manifestaciones culturales.
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