El 04 de enero, el Tribunal Oral en lo Penal de Valdivia condenó a Luis Alberto Cabeza Quezada por el delito de abuso sexual a menor de 12 años, habitante la de localidad de Coñaripe, Comuna de Panguipulli. La audiencia de comunicación de sentencia se realizará este lunes 10 de enero a las 14:00 horas.
Cabe destacar que el delito de abuso sexual de menor de 14 años arriesga 5 años de presidio, pero se pidió la sustitución de la pena por libertad vigilada intensiva. Esto, debido a que las condenas por abuso sexual son bajas en nuestra legislación y por ello, quien no tiene antecedentes probablemente cumpla en libertad. Una de las sanciones que pueden ocurrir es que no pueda acercarse a la víctima en ningún lugar.
Los hechos ocurrieron en las cercanías del Lago Pellaifa, en septiembre de 2020 cuando el imputado de 65 años, aprovechándose de la confianza que tenía en ese momento dado que era conviviente de la mamá de la niña, efectuó actos de significación sexual en el cuerpo de la menor que en ese entonces tenía 12 años.
Mediante el juicio, se comprobó que se había cometido un acto de significación sexual entre el acusado en contra de una niña de 12 años quien declaró detalladamente. Su testimonio fue corroborado por su madre, quien había descubierto la situación al entrar a la habitación. En este caso se utilizó una sala especial de declaración para niños y niñas habilitada en el Tribunal Oral en lo Penal de Valdivia para así proteger a la víctima, considerando los daños que muchas veces duran de por vida.
Según señala el texto de la sentencia emitido por el tribunal, se valida la prueba ofrecida por la Defensa de la víctima y su madre, dado el mayor conocimiento de los hechos, pues los vivenciaron directamente. Los testimonios de la contraparte fueron 2 hijas del acusado, quienes no estuvieron en el lugar al momento de los acontecimientos, limitándose a plantear sus dudas atendido el crédito que le dan a su padre al haberse hecho cargo de su crianza en solitario, luego del fallecimiento de su madre a temprana edad.
Un problema social, más que hechos aislados
Milena Rojas, psicóloga especialista en delitos sexuales con más 10 años trabajando en pericias psicológicas a víctimas en la PDI comenta que “cabe tener presente que los abusos sexuales a niños y niñas en su mayoría se producen entre personas conocidas de confianza y muchos de ellos no son denunciados por la dificultad probatoria y la revictimización o victimización secundaria a la que son sometidas las personas afectadas. El difícil proceso que deben llevar los sobrevivientes del abuso, no sólo por la vivencia traumática en sí misma, sino a todo lo que deben enfrentar cuando rompen el silencio, si es que logran hacerlo. Los prejuicios, el descrédito, el paso por la justicia, muchas veces causa igual o peor daño. Aún hoy día se sigue poniendo el acento en las víctimas, se habla del "peso de la prueba", que recae en ésta. Es la víctima quien debe "probar" y "convencer" de que lo que le sucedió fue real, y no producto de la invención o fantasía. Muchas políticas de prevención ponen el acento en el autocuidado de los niños, poniendo en éstos la tremenda e injusta responsabilidad de que ellos mismos tengan que evitar que los dañen” plantea la especialista
Del mismo modo la profesional de la Unidad de Prevención y Apoyo contra la violencia sexual del DUOC reflexiona planteando que “tal vez el hecho de que aun no queramos ver o conversar sobre estos asuntos es una suerte de negación en la que queremos creer que son casos aislados, que sólo ocurre por parte de seres enfermos y psicopáticos en medio de la noche en espacios públicos. Lamentablemente la vulnerabilidad de les niñes siempre está latente y el abuso sexual es la máxima expresión de ello. Somos nosotros, la sociedad toda, los responsables que eso no pase”.
Belén Parra, Educadora Diferencial, Integrante de la organización feminista Kelluzomowen de Lican Ray, plantea que “ante una instancia de recepción de denuncia se sugiere principalmente creer el relato, muchas denuncian no se realizan producto del cuestionamiento de la sociedad y del sistema judicial patriarcal con el que contamos. Los medios de comunicación demuestran la exposición que han experimentado las mujeres y la niñez, por esto es primordial dejar de sobre victimizarles, el agresor es el que debe ser juzgado, evitando además responsabilizar a el/la niñe, enfatizando en que la culpa nunca es de la víctima. Las redes de apoyo es otro factor relevante durante el proceso de denuncia, buscar ayuda profesional para la contención emocional de las(os) afectadas(os) y asesoría legal, dentro de lo posible, particular.
La feminista que vive a orillas del Lago Calafquen plantea la reflexión que “para construir el futuro que queremos, se promueve y fomenta empoderar a la niñez, abordar la educación sexual de forma integral, potenciar habilidades pa-marentales y realizar acciones de prevención de violencias hacia la infancia, entre otras”.
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