El sábado 15 de enero, se desarrolló el concierto “Música en Los Ríos” del barítono valdiviano, Javier Arrey, bajo todas las medidas correspondientes y con el aforo limitado debido a la contingencia sanitaria. La presentación comenzó cerca de las 19:30 horas, y tuvo lugar en la Casona Cultural de la Corporación de Adelanto Amigos de Panguipulli (CAAP), desarrollado gracias al auspicio de Telefónica del Sur y al apoyo y colaboración de la Municipalidad de Panguipulli. En compañía de la talentosa pianista, Verónica Torres, Javier cautivó al público asistente desde el principio, la cercanía que caracteriza al cantante chileno llenó de talento y gratitud el auditorio. El repertorio nutrido de diversas piezas musicales como Flores Argentinas de Gustavino, Canciones Bíblicas de Dvorak, entre otras, culminó con el clásico Camino de Luna de Aguirre Pinto.
Después de 3 años, el intérprete aterrizó en el sur de Chile, donde contento y dichoso compartió nuevamente con el público nacional. Luego de un provechoso paso por Valdivia, donde realizó actividades en un Hogar de Ancianos y en el Teatro Cervantes de la ciudad, se trasladó a Panguipulli. “Espero disfrutar y hacer disfrutar a los que participen del concierto, ese es el objetivo, que disfrutemos juntos con la música, compartir un buen momento con el público, eso es lo que nos une, el foco es que nosotros (él y la pianista) y la gente lo pasen bien”, comentó Javier antes de subir al escenario.
Arrey tuvo su primer acercamiento a la música a los 7 años, cuando llegó a un Templo Cristiano con su familia en Valdivia, cuidad donde vivía, se maravilló con el lugar, fue ahí cuando se dio cuenta que eso era lo que realmente le gustaba. Fue parte del coro y comenzó a prestar un singular interés por el piano. A los 14 años supo del Coro de la Universidad Austral de Chile (UACh), muy valientemente fue y se postuló, al poco tiempo, el Director del Coro UACh, Hugo Muñoz, lo dejó a cargo de la jefatura de cuerdas de bajos. Fue ahí donde conoció más de cerca el canto lírico. A los 17 años, tuvo la oportunidad de conocer al maestro Hans Stein, quien lo escuchó y le ofreció estudiar canto en la Universidad de Chile en Santiago, donde trabajó como maestro interno. En el año 2007, el talentoso Director de Orquesta, Plácido Domingo, vino a Chile, una vez más logró que el cantante español lo escuchara, quien le ofreció un cupo en un concurso en París, donde avanzó hasta la semifinal. Domingo le sugirió perfeccionar su interpretación en el escenario, y le planteó la gran oportunidad de especializarse en su programa de opera en Washington DC, después de más de 11 años continúa establecido en la misma ciudad, desarrollando una exitosa e internacional carrera artística.
A pocos minutos de dar principio a la experiencia musical, los miembros del Programa de Mediadores del futuro Teatro Educativo de las Artes (TEAP), David Benítez y Paula Sandoval, quienes interpretaron a Romeo y Julieta, dieron inicio al encuentro, con la misión de acercar al público y los artistas, conversaron con los asistentes y crearon una apacible atmosfera para, posteriormente, dar espacio a la presentación.
Rodrigo Muñoz, asistente del concierto, con mucho entusiasmo expresó “creo que Panguipulli se enaltece con este tipo de presentaciones, la Casona Cultural, los Amigos de Panguipulli y la Corporación Municipal hacen un excelente trabajo teniendo siempre estas sorpresas para la gente de la comuna y también para los visitantes de afuera. Creo que fue una presentación genial, la pianista un siete, de una interpretación tremenda y él muy bueno, muy buen concierto. Es un agrado y un placer poder estar acá”.
La Directora de Nuevos Proyectos de la CAAP, Pamela Calsow, afirmó que “gracias a la gestión del barítono chileno americano, Javier Arrey, y al apoyo que recibimos de Telefónica del Sur, fue posible este encuentro. Creo que este tipo de iniciativas son profundamente importantes cuando jóvenes del país se van al extranjero a especializarse, tener la posibilidad de volver a presentarse y ser un referente para quienes quieren seguir el mismo camino. Ha sido un acercamiento que esperamos continue en el tiempo. Nada más que agradecerle y dejarlo invitado para que el próximo año se repita, pero esa vez, en el Teatro Educativo de las Artes”.
Al finalizar el concierto y entre aplausos y felicitaciones, Javier Arrey manifestó “me sentí sumamente cómodo y contento, era primera vez que estaba acá, así que era todo algo nuevo, pero el recibimiento de la gente fue súper bueno, nos sentimos muy gratos, y el público lo pasó bien, eso es lo más importante”. Se despide con la esperanza de volver a Panguipulli y poder presentarse, para esa oportunidad, en el Teatro Educativo de las Artes (TEAP), el cual continúa en construcción y se prepara para dar lugar a las presentaciones de los niños, niñas y jóvenes de Panguipulli, como así también de artistas como Javier Arrey.
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